Se retiró al desierto y oró ; era su costumbre hacer esto, como implica el original, que podría traducirse, tenía el hábito de retirarse, etc. El Salvador puro y sin pecado necesitaba la comunión habitual con su Padre celestial para prepararlo para el correcto desempeño de la deberes de su ministerio. ¡Cuánto más los siervos de Cristo, que no son más que hombres pecadores, necesitan tal comunión!

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Antiguo Testamento