los reprendió ; les mandó callar.

Lloraba más ; más fuerte y más fervorosamente, para que no les falte la bendición. Cristo mira con benevolencia los sufrimientos de los afligidos, y se complace cuando le piden ayuda, creyendo que puede y está dispuesto a dársela. Ninguno que sienta la necesidad de su misericordia, y desee recibirla, necesita fallar de su gracia.

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Antiguo Testamento