Los judíos no negaron la resurrección de Cristo por falta de pruebas que la probaran, ni contrataron a los soldados para que dijeran una mentira porque la creían o podían corroborarla; pero sólo para evitar que la gente sepa la verdad. Los falsos maestros tienen miedo de confiarle a la gente los medios del conocimiento, o de hacer que se familiaricen con los hechos. No quieren que examinen, piensen y juzguen por sí mismos, sino que se lo dejen a sus maestros, que así quieren gobernarlos.

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Antiguo Testamento