invalidad la ley ; la ley de Dios, como regla de acción, y sagradamente vinculante para todos los que la conocen. El hecho de que Dios salve a los pecadores por medio de la fe en Cristo, ¿disminuye la santidad y autoridad de su ley como expresión de su voluntad, o las obligaciones de los hombres de obedecerla? De ninguna manera.

Nosotros establecemos la ley ; mostrar su excelencia, sus obligaciones inmutables, y guiar a los hombres a esforzarse más ferviente, exitosa y perseverantemente por obedecerla. El modo de salvar a los pecadores por la encarnación, la obediencia, el sufrimiento, la muerte, la resurrección y la intercesión de Cristo, y por la fe en él, muestra que la ley de Dios es santa, justa y buena; que su violación es indescriptiblemente perversa; y que no puede ser violado con impunidad; mientras que los motivos para obedecerla a fin de honrar a Dios, mostrar gratitud al Redentor, y llegar a ser en el corazón y en la vida semejantes a Aquel que fue una personificación viviente de su excelencia, son grandemente aumentados: tal amor y obediencia están asegurados como nunca lo fueron, y nunca lo estará, asegurado entre los hombres de ninguna otra manera.

Al obedecer perfectamente la ley divina, Cristo fue modelo de la perfección humana, que todos los que creen en él desean supremamente y se esfuerzan habitualmente por copiar; diciendo desde el corazón, cada uno por sí mismo: "Tal amor y mansedumbre tan divina, yo los transcribiría y los haría míos. Sé tú mi modelo, hazme llevar más de tu graciosa imagen aquí; entonces Dios el Juez reconocerá mi nombre entre los seguidores del Cordero".

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