Hombre miserable ; a causa de la restante propensión al pecado.

¿Quién me librará ? ni la ley, ni mis propios esfuerzos, ni mi aborrecimiento de mí mismo a causa de la desobediencia, ni ningún recurso que alguna vez haya sido o pueda ser ideado por las criaturas. Abandonado a estos meramente, el que es inmundo seguirá siendo inmundo todavía. ¿Entonces que? ¿Debo perecer, o arrastrar para siempre este cuerpo de muerte? No.

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Antiguo Testamento