es enemistad contra Dios ; opuesto a su carácter y voluntad. Si no lo fuera, lo amaría y lo obedecería.

No sujeto a la ley de Dios ; no rinde obediencia, sino que actúa en oposición a lo que él requiere.

Tampoco puede serlo ; las dos cosas son incompatibles, contrarias la una a la otra; y se debe renunciar a uno, para seguir al otro.

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Antiguo Testamento