El rey Salomón y toda la congregación con él delante del arca. Esta ceremonia de sacar el arca del tabernáculo que David le había levantado, al templo y depositarla en el lugar santísimo, se abrió con una pomposa procesión. El rey mismo, acompañado por todos sus oficiales principales y los ancianos de Israel, marcharon delante del arca; a éstos les siguió un gran número de sacerdotes y levitas, que cantaron algunos cánticos propios de la ocasión y tocaron varios instrumentos. Junto al arca seguían otros cantores y músicos, y otros sacerdotes llevaban el tabernáculo y los utensilios sagrados del santuario, que habían sido traídos de Gabaón. Mientras los sacerdotes colocaban el arca en el lugar santísimo, el aire sonaba con el sonido de ciento veinte trompetas y con las voces de los levitas, que cantaban las alabanzas de Dios, repitiendo estas palabras a intervalos apropiados;Den gracias al Señor, porque es bueno; y su misericordia es eterna. Fue entonces cuando Dios pareció descender de manera visible, para tomar posesión, por así decirlo, de su nuevo templo, llenándolo con una nube gloriosa, como antes había hecho con el tabernáculo; de tal manera que los sacerdotes no pudieron soportar ofrecer los sacrificios que habían preparado en esa ocasión. Consulte Universal Hist. Sacrificar ovejas y bueyes que no podían contarse cuando el arca estaba sentada en su lugar; porque aunque en el camino pudieran ofrecer algunos sacrificios, como lo hizo David, sin embargo, esa no era una época adecuada para ofrecer tantos sacrificios como no podía contarse. Esto se relaciona más particularmente a continuación ( 1 Reyes 8:62 ) y aquí solo se menciona a modo de anticipación.

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