Jesse tomó pan, una botella de vino y un cabrito, y les envió este regalo, aunque en nuestros tiempos parecería despreciable, sin embargo, estaba muy de acuerdo con el uso de esas edades y con la condición de Jesse, que no era más que mezquina. en el mundo. Y era habitual en esos días no presentarse ante un príncipe sin un regalo, como muestra de respeto.

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