Recíbanos con ese cariño que se debe a los fieles servidores de Cristo, ya aquellos que han sido instrumentos en su conversión y edificación; pues, cualquier cosa que haya sido insinuada por personas mal intencionadas en sentido contrario; hemos hecho mal o herido; ningún hombre en su persona. No hemos corrompido a ningún hombre en sus principios. No hemos defraudado a nadie de su propiedad. En esto insinúa, igualmente, el bien que les había hecho, pero con la mayor modestia, por así decirlo, sin mirarlo. No digo esto para condenarte como si te acusara de acusarme de alguno de estos crímenes, sino para reivindicarme de las imputaciones de los falsos apóstoles; porque he dicho antes, &C.

Estoy tan lejos de pensar tan mal en ti; que estás en nuestro corazón para morir y vivir contigo. Es decir, podría alegrarme de pasar todos mis días contigo. Grande es mi osadía , etc. Como si hubiera dicho: Como argumento de mi amor, trato muy libremente contigo en todas las ocasiones; Grande es mi gloria de ti, o mi gloria de ti. Él podía, con confianza, jactarse de ellos, después del relato que Tito le trajo de su obediencia y buen carácter. Estoy lleno de consuelo por tu cuenta. Estoy muy feliz , etc. Mi alegría por tu obediencia supera el dolor ocasionado por mi aflicción.

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