Ella no lloró y, por lo tanto, se presume justamente que lo consintió. Como cuando un hombre se levanta contra su prójimo, este asunto no es un acto de elección, sino de fuerza y ​​coacción. La doncella gritó Lo que en ese caso es de presumir; caridad que nos obliga a creer lo mejor, hasta que se manifieste lo contrario.

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