Ante el Señor tu Dios Dado que este diezmo del tercer año debía gastarse en casa, estas palabras deben significar que todo hombre debía hacer esta profesión solemne en casa en sus discursos privados a Dios, o que la próxima vez que subiera al lugar del santuario debía hacer esta declaración ante el lugar santísimo, donde se suponía que Dios estaba peculiarmente presente. En cualquier lugar donde lo hiciera, debía hacerse como ante Dios; es decir, solemne, seria y religiosamente, con el debido respeto a la presencia de Dios, en obediencia a su mandato y con la mirada puesta en su gloria.

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