Te sacó delante de sus ojos Manteniendo sus ojos fijos en ti, como un padre lo hace con su amado hijo. Él mismo estuvo contigo y marchó contigo en la columna de nube y fuego. Con su gran poder y no con ninguna fuerza natural tuya, fuiste liberado de esa servidumbre en la que todos los miles de Israel vivieron tanto tiempo en Egipto.

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