No tendrás dioses ajenos delante de mí. ¿Has adorado a Dios en espíritu y en verdad? ¿Le has convertido en el fin de todas tus acciones? ¿Has buscado alguna felicidad antes que el conocimiento y el amor de Dios? ¿Conoces experimentalmente al único Dios verdadero, ya Jesucristo, a quien ha enviado? ¿Amas a Dios? ¿Lo amas con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, para no amar nada más que de esa manera y grado que tiende a aumentar tu amor por él? ¿Has encontrado la felicidad en Dios? ¿Es él el deseo de tus ojos, el gozo de tu corazón? Si no, tienes otros dioses delante de él.

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