He aquí un pozo en el campo, la Providencia lo llevó al mismo campo donde se daría de beber a los rebaños de su tío, y allí se encontró con Raquel, que iba a ser su esposa. La Divina Providencia debe ser reconocida en todas las pequeñas circunstancias que concurren para hacer un viaje u otra empresa cómoda y exitosa. Si, cuando estamos perdidos, nos encontramos con aquellos que, según la estación, pueden dirigirnos; si nos encontramos con un desastre, y los que están cerca nos ayudarán; no debemos imputarlo al azar, sino a la providencia de Dios. Nuestros caminos son caminos agradables, si continuamente reconocemos a Dios en ellos. Había una gran piedra en la boca del pozoEsto podría tener la intención de evitar que los corderos del rebaño se ahoguen en él; o para conseguir el agua, que era y aún es escasa en ese país; o para salvar el pozo de los daños del calor del sol, o de la arena puesta en movimiento por los vientos que, probablemente, pronto lo habrían llenado y taponado. Esto último que sabemos es la razón por la que cubren sus pozos en Arabia y varias otras partes del Este.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad