Y este Reconocimiento de la autoridad divina de Jesús y Pablo, hecho en ausencia de ambos; o este hecho, concerniente al hombre poseído, prevaleciendo así contra los hijos de Sceva; era conocido por todos los judíos y griegos que habitaban en Éfeso y se convirtió, sin duda, en el tema común de conversación; y el temor cayó sobre todos ellos. Porque en este caso vieron una prueba contundente de la malicia del diablo, a quien servían, y del poder de Cristo, a quien se oponían; y ambas fueron consideraciones terribles. Vieron que no se debía jugar con el nombre de Cristo, ni llevarse a la boca precipitadamente, ni confundir su religión con las supersticiones paganas. De ahí su nombre, por lo que sus fieles servidores echa fuera los demonios y enfermedades curadas, sin ninguna resistencia, eracuanto más magnificada. Por ahora parecía ser un nombre por encima de todo nombre. Y muchos que anteriormente habían sido profesores de artes injustificables, pero que ahora creían que estaban fuertemente impresionados por lo que había sucedido y golpeados con el poder del espíritu maligno sobre los hijos de Esceva; vinieron a Pablo, por su propia voluntad; y confesó que habían intentado curar a personas enfermas con hechizos y otras prácticas mágicas; y mostró sus obras Los artificios con que habían engañado a la multitud; o hizo una declaración pública de sus prácticas ilícitas.

Muchos de ellos también, que utilizaron estas artes curiosas Artes mágicas, a las que se les dio ese suave apelativo por quienes las practicaban, ahora creyendo firmemente en el evangelio; trajeron sus libros en los que se prescribieron las diferentes formas de encantamientos para diferentes enfermedades, se mostró el método de hacer estos encantamientos, se señalaron las hierbas y otras medicinas que se utilizarían con estos encantamientos y se fijaron las estaciones para usarlos. Y los quemó delante de todos los hombres que estaban presentes; y muchos de ellos fueron juzgados de gran valor en ese lugar; contaron el precio de ellos, y hallaron cincuenta mil piezas de plataSi estos se toman por siclos judíos y se valoran en tres chelines cada uno (que son los principios del cálculo del Dr. Benson), la suma ascenderá a siete mil quinientas libras esterlinas; o, poniéndolo en dos chelines y seis peniques, en seis mil doscientas cincuenta libras. Sin embargo, sus dueños los sacrificaron voluntariamente por la verdad y la piedad; como las artes mismas son ilegales, no conviene que los libros que las enseñan estén en posesión de cualquier persona. Tan poderosamente creció la palabra de Dios y prevaleció Tan notable fue el triunfo del evangelio sobre todas las consideraciones de honor o interés que pudieran oponerse a él en esta o en cualquier otra ocasión.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad