Corriendo bajo cierta isla llamada Clauda Un poco al sur de la costa occidental de Creta. Tal fue la violencia de la tormenta, que tuvimos mucho trabajo. Gran dificultad para convertirnos en dueños de la barca, a fin de protegerla de las duelas; que cuando lo tomaron, usaron ayuda No solo todos los instrumentos que eran adecuados para su propósito, sino también todas las manos; apuntalar el barco con cables, para evitar que se abulte y permitirle capear la tormenta; y temiendo como el viento había variado más hacia el norte, y los empujó hacia África; no sea que caigan en las arenas movedizasLa mayor o la menor Syrtis, esas arenas movedizas de la costa africana, tan famosas por la destrucción de marineros y embarcaciones; zarparon velas para que su avance fuera más lento y, mientras tanto, un tiempo más favorable pudiera llegar a su alivio; y así fueron llevados ante el viento, como antes. Y al día siguiente aligeraron el barco arrojando al mar los pesados ​​bienes con los que estaba cargada. Y al tercer día echamos fuera los aparejos del barco Cortando hasta los mástiles que no eran absolutamente necesarios y arrojándolos por la borda con sus muebles.

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