Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo en ese momento, según la promesa de su ahora glorificado Maestro, ( Mateo 10:20 ; Marco 13:11 ,) que fue en esta ocasión notablemente verificada; les dijo con la mayor libertad; Gobernantes del pueblo, y c . Les da el honor debido a su cargo. Si este día se nos examina y se nos pide cuentas como criminales, acerca de la buena acción griega, ευεργεσια, el buen trabajo o beneficio , hecho al hombre impotente, y usted quiere que declaremos por qué medios es liberado de su calamitosa estado, y se hizo completoΣεσωσται, es curado o salvo: sea ​​sabido por vosotros Probablemente el heraldo de Dios proclamó en voz alta: que por el nombre de Jesús, a quien habéis crucificado últimamente con todas las señales de aborrecimiento y desprecio, como un criminal digno de la muerte más infame, pero a quien Dios resucitó de entre los muertos. Estos gobernantes y ancianos sabían en su propia conciencia que era así.

Y, aunque habían contratado a los soldados para que contaran una historia increíble e insensata en sentido contrario ( Mateo 28:12 ), sin embargo, es observable, hasta donde sabemos, no se atrevieron a alegarlo antes. Pedro y Juan. Incluso por él, por su poder y bondad; ¿Se ha lisiado este hombre aunque era desde el vientre de su madre, como bien sabes? párate aquí ante ti. Perfectamente sano y bien. Esta es la piedra despreciada de ustedes, edificadores , es decir, de ustedes, quienes por su oficio debieron haber sido, y quienes profesaron ser, constructores de la iglesia de Dios, la cual, por el poder de Dios, se convirtió en la cabeza del ánguloA lo que todo el edificio debe su fuerza, su unión y su belleza. Ver notas sobre Salmo 118:22 . Tampoco hay salvación temporal o espiritual; en cualquier otro: porque no hay otro nombre, etc., por el cual debamos ser salvos El apóstol, en este pasaje, usa una hermosa gradación de la liberación temporal que se había realizado para el pobre lisiado, por el poder de Cristo, para la de una clase más noble e importante, que Cristo realiza para las almas impotentes y pecadoras. En él sigue la admirable costumbre de su gran Señor y Maestro, que continuamente aprovechaba de lo terrenal para hablar de las cosas celestiales.

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