Sus huesos Es decir, todo su cuerpo, incluso las partes más fuertes de él; están llenos del pecado de su juventud del castigo de él. Sentirá los tristes efectos de sus pecados juveniles en sus años más maduros, como suelen sentir los pecadores desenfrenados. El que se acostará con él en el polvo. Llevará al sepulcro sus enfermedades y dolores que sus pecados le trajeron; o más bien, lo llevarán allá y probarán las causas de su muerte inmadura; y la misma putrefacción de su cuerpo en el sepulcro es para él por efecto del pecado, de modo que su iniquidad está sobre sus huesos aun allí.

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