Como el Padre me amó, con tanta certeza como me amó a mí; y con esa clase de amor con que me ha amado, es decir, con un amor de aprobación y deleite, constancia y perseverancia; así te he amado tanto de verdad, con tanto afecto, como invariablemente: persevera en mi amor. Mantén tu lugar en mi afecto: procura no perder esa invaluable bendición. Cuán innecesaria era esta precaución, si les era imposible no permanecer en su amor. Si guardáis mis mandamientos, si cumplís cuidadosamente todas las cosas que os he ordenado, como mis apóstoles y como cristianos privados; permaneceréis en mi amorUstedes serán siempre el objeto de ella: en estos términos, y en ningún otro, continuarán poseyendo mi afecto especial: así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre. He cumplido exactamente todos los deberes de mi oficio, como Mediador, como el Maestro, Redentor y Salvador de mi iglesia, su legislador y ejemplo; y permanece en su amor. Continúa siendo objeto de su infinita complacencia.

Estas cosas te he dicho no para entristecerte con ningún indicio de que sospecho de la sinceridad de tus saludos hacia mí, sino para que puedas estar fortalecido y animado contra todas las tentaciones que te asaltarán, y puedes continuar firme en tu apego a mi causa e interés, y tu fidelidad a mí, tu Maestro, y el celo y la diligencia en servirme; para que mi gozo permanezca en ustedes, para que mi complacencia en ustedes, como mis fieles amigos, continúe todavía; y para que tu gozo sea pleno, se mantenga en su plenitud y se incremente grandemente; como ciertamente lo hará, en proporción a su fidelidad, celo y diligencia en mi servicio.

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