No será apartada del campamento, sino de la conversación con su marido y de otras personas, y del acceso a la casa de Dios. Siete días durante el tiempo de su enfermedad, que tal vez podría continuar tanto tiempo, y era decente dejar tiempo para su purificación después de que cesara su descendencia. Cualquiera que la toque De personas mayores; porque el infante, a quien en ese caso podría dar de mamar, estaba exento de esta contaminación por la ley mayor de la necesidad, y por esa ley antecedente, que requería que las mujeres amamantaran a sus propios hijos.

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