Pero él, respondiendo, le dijo a su padre. La amabilidad y el respeto que su padre le mostró en esta ocasión, no lo ablandaron en lo más mínimo. Él persistió obstinadamente en su ira y respondió a los afectuosos discursos de sus padres con nada más que acusaciones fuertes y altivas de su conducta. Estos muchos años te sirvo, ni transgredí en ningún momento. Esta rama de la parábola está finamente elaborada para expresar la alta opinión que los fariseos, aquí representados por el hermano mayor, abrigaban de su propia justicia y mérito. Sin embargo, nunca me diste un hijo , etc. Quizás Dios no suele dar mucho consuelo a quienes nunca sintieron los profundos dolores del arrepentimiento. Pero tan pronto como llegó este tu hijoEl joven descortés desdeñó llamarlo su hermano, y al mismo tiempo insinuó con insolencia, que su padre parecía despreciar a todos sus otros hijos, y considerar a este pródigo sólo como su hijo; que ha devorado tu vida con rameras, ha desperdiciado tu propiedad en una larga serie de libertinajes escandalosos, para su propia ruina y la infamia de la familia.

Has matado para él el becerro gordo y lo has hecho tan bienvenido como si hubiera sido el niño más obediente de la tierra. Y dijo con gran dulzura, cuando podría haberse ofendido por la respuesta inapropiada de su hijo: Hijo, tú siempre estás conmigo y todos los días recibes alguna muestra de mi bondad. Al llamarlo su hijo, después del discurso insolente que había pronunciado, el padre insinuó que lo reconocía igualmente por su hijo, y que ni la deshonra del uno, ni la perversidad del otro de sus hijos, habían extinguido su cariño. , o canceló la relación que subsistía entre ellos. Todo lo que tengo es tuyoComo antes has vivido en mi familia, y has tenido el mando de mi propiedad, en la medida en que lo requirieron tus exigencias; de modo que en la actualidad eres heredero de la mayor parte de mi patrimonio. Esta es una insinuación material, y sugiere una fuerte razón en contra de murmurar ante la indulgencia mostrada a los pecadores más grandes. De la misma manera que el hecho de que el padre reciba al hijo menor no le hizo desheredar al mayor, de la misma manera que Dios, al recibir a pecadores notorios, no será una pérdida para los que siempre le han servido; tampoco los elevará a un estado de gloria igual al de los que lo han hecho. siempre le sirvieron, si en general habían hecho un mayor progreso en la santidad tanto interior como exterior.

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