La mitad de ellos sostenían las lanzas para el uso de todos los hombres, si hubiera alguna ocasión. Desde el amanecer hasta que aparecieron las estrellas Trabajando muy temprano y muy tarde. Que cada uno con su siervo se aloje dentro de Jerusalén, no en los suburbios o en las aldeas vecinas, como probablemente muchos de ellos habían hecho, volviendo de allí a su trabajo por la mañana; pero ahora quería que todos se alojaran en Jerusalén, para mayor seguridad de la ciudad; y por turnos para vigilar de noche, o trabajar en las paredes durante el día.

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