Moisés envió a llamar a Datán y Abiram para tratar con ellos y darles, como había hecho con Coré y su compañía, una advertencia oportuna. No subiremos al tabernáculo de Moisés, adonde solía subir el pueblo para ser juzgado. Se dice que los hombres, en la frase de las Escrituras, suban a los lugares de juicio.

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