La gloria de los jóvenes En la que se glorían como su privilegio sobre los ancianos; es su fuerza , es decir, de cuerpo y vigor y coraje de mente; su aptitud para la acción, su capacidad para hacer negocios y superar las dificultades que los ancianos y los débiles no pueden afrontar. Su fuerza es su gloria, siempre que la usen bien, es decir, al servicio de Dios y de su país, y no de sus concupiscencias; y que no se enorgullezcan de él, ni confíen en él, recordando que pronto puede convertirse en debilidad, y que mientras lo retengan, que se convierta en un consuelo para ellos y sea útil para otros, depende enteramente de la bendición de Dios.

Y la belleza de los ancianos es la cabeza gris. Lo que hace venerables a los ancianos es su seriedad y experiencia, que los capacitan para dar consejos en cuestiones de duda y dificultad, que son importantes. El propósito de este proverbio es declarar las ventajas peculiares que poseen las personas de diferentes edades y la necesidad mutua que tienen unas de otras; y de ese modo animarlos al amor y la ayuda mutuos, y hacer que cada uno se sienta satisfecho con su propia edad y condición; y ni envidiar ni despreciar a su hermano, por la diferencia de edad y situación en la vida, como es muy habitual entre los hombres.

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