Hombres desdeñosos que se burlan de la religión, de las obligaciones de la conciencia, de los miedos de otro mundo y de todo lo sagrado y serio; quienes cuando se emplean en los negocios del Estado hacen las cosas con precipitación, porque desdeñan deliberar y tomar tiempo para consultas; que hacen cosas ilegales e injustificables, porque desdeñan estar atados y encadenados por leyes y constituciones; que provocan al pueblo, porque se burlan de agradarle; poner una ciudad en una trampa. Exponerla a la ira de Dios y a la destrucción, por su arrogancia y obstinación, por sus malos consejos y prácticas, por medio de los cuales seducen e infectan a la generalidad de la gente; por su desprecio de Dios, de sus leyes justas y juicios justos, y de la opinión y consejo de los sabios; pero sabiosQue no desprecian, sino que escuchan los consejos de Dios y de los hombres prudentes; Aparta la ira La ira de Dios o de los hombres, que se enfurecieron contra ella.

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