Sea tu fuente bendita. Tu esposa, como lo explica la cláusula siguiente, será bendecida con hijos; o más bien, ella será una bendición y un consuelo para ti, como sigue, y no una maldición y una trampa, como lo sería una ramera. Y regocíjate , etc. No busques rameras para ese consuelo y deleite que Dios te permite recibir en tu esposa. Así que aquí explica la metáfora anterior y la aplica a su diseño actual; con la esposa de tu juventud con quien te casaste en tus días de juventud, con quien, por lo tanto, con toda razón y justicia, aún debes satisfacerte aun cuando ella sea vieja.

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