Que hace juicio a los oprimidos, que no desprecia ni olvida los gritos de sus afligidos súbditos; pero a su debido tiempo afirma el derecho de aquellos que están oprimidos, y no pueden encontrar alivio en otros tribunales de juicio. Que da de comer al hambriento, que suple las necesidades de los pobres que están a punto de morir por la miseria; y es tan misericordioso como para ponerlos en libertad, quienes, por hombres injustos o despiadados, son mantenidos en un cautiverio miserable. El Señor abre los ojos de los ciegos “Ilumina sus mentes; o incluso restaura su vista natural cuando está defectuosa y débil; o cuando haya desaparecido por completo y no haya esperanzas de una cura humana ". Esta parte del Salmo se cumplió de manera más exacta y literal en nuestro Señor Jesucristo durante el tiempo de su ministerio público: ver el margen.El Señor levanta a los abatidos sosteniéndolos y consolándolos en sus angustias y, a su debido tiempo, quitando sus cargas. Esto también fue realizado literalmente por Cristo en los días de su carne: véase Lucas 13:12 .

Y todavía realiza curas espirituales similares por su gracia, dando descanso a los que están cansados ​​y cargados, y levantando, con sus comodidades, a los que están humillados y abatidos bajo el sentido de la culpa y el poder del pecado. El Señor ama a los justos . Tiene un favor especial para todos los verdaderamente piadosos, quienes pueden, con mayor confianza, depender de su poder cuando están seguros de su amor. El Señor preserva a los extraños que generalmente no tienen amigos y están expuestos a muchas ofensas de los hombres, pero que Dios los protege y preserva cuando se entregan a su cuidado. Los huérfanos de padre y las viudas indigentes también encuentran en él apoyo y alivio contra la injusticia y la violencia de sus malvados opresores.Pero trastorna el camino de los impíos en hebreo, יעות, lo subvierte o lo derriba. No solo frustra sus complots y empresas, sino que los vuelve contra sí mismos. O deja perplejos y desconcierta sus pasos, y los hace tropezar y caer. Ésta y todas las frases anteriores son tantos argumentos para animar a los hombres piadosos a confiar en Dios en todos sus apuros y dificultades.

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