No dejes que los que esperan en ti, los verdaderamente piadosos, que crean en tus promesas, y esperen en ti el cumplimiento de ellas; que son conscientes de su propia debilidad y de la insuficiencia de toda ayuda humana, y por lo tanto se dirigen a ti y confían en ti para la ayuda que necesitan; estar avergonzados Es decir, frustrados de sus expectativas justas y razonables, que los harían avergonzados de su confianza pasada en ti, y de mirarte en el futuro, o mirar a sus enemigos con seguridad, cuando ellos les reprocharían por su confianza en ti; por mi bienPor mis tristes decepciones. Porque, si me ven desamparado, se desanimarán con este ejemplo; o que no inclinen la cabeza por vergüenza de verme, que soy tu adorador, abandonado de ti. Tenía miedo, si Dios no se aparecía por él, sería un desaliento para otras personas piadosas, y les daría a sus enemigos motivos para triunfar sobre ellos; y era su deseo ferviente, fuera lo que fuera lo que fuera de él, que todo el verdadero pueblo de Dios pudiera retener su confianza y esperanza en Dios, y su audacia en su causa, y no desanimarse ni exponerse al desprecio de otros.

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