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Jesús crucificado es la verdadera piedra de toque que revela lo que es el mundo: "El pueblo se quedó mirando" con impasible indiferencia; los gobernantes, que querían la religión, pero sin un Cristo divino crucificado por sus pecados, "injuriados"; los brutales entre ellos se burlaron o criticaron; el pecador consciente oró; los codiciosos se sentaron ante la cruz y jugaron su sórdido juego. La cruz es el juicio de este mundo. (Juan 12:31).

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