Dios

Resumen de la revelación de la Deidad en el Antiguo Testamento:

Dios se revela en el Antiguo Testamento.

(1) a través de Sus nombres, de la siguiente manera:

Forma en inglés Equivalente en hebreo Dios primario LORD Lord El, Elah o Elohim (Génesis 1:1) nota) Jehová (Génesis 2:4 ); nota) Adon o Adonai (Génesis 15:2); nota) Compuesto (con El = Dios) Dios Todopoderoso Altísimo, o Dios Altísimo Dios eterno El Shaddai (Génesis 17:1); nota) El Elyon (Génesis 14:18); nota) El Olam (Génesis 21:33); nota) Compuesto (con Jehová = Señor) SEÑOR Dios Señor DIOS SEÑOR de los ejércitos Jehová Elohim (Génesis 2:4); note Adonai Jehová (Génesis 15:2); nota) Jehová Sabaoth (1 Samuel 1:3); Nota)

( Ver Scofield) - (Génesis 1:1).

( Ver Scofield) - (Génesis 2:4).

( Ver Scofield) - (Génesis 15:2).

( Ver Scofield) - (Génesis 17:1).

( Ver Scofield) - (Génesis 14:18).

( Ver Scofield) - (Génesis 21:33).

( Ver Scofield) - (Génesis 2:4).

( Ver Scofield) - (Génesis 15:2).

( Ver Scofield) - (1 Samuel 1:3).

La trinidad es sugerida por los grupos de tres repetidos tres veces. Este no es un arreglo arbitrario, sino inherente al Antiguo Testamento mismo.

Esta revelación de Dios por Su nombre se hace invariablemente en conexión con alguna necesidad particular de Su pueblo, y no puede haber necesidad del hombre a la que estos nombres no respondan como mostrando que el verdadero recurso del hombre está en Dios. Incluso el fracaso humano y el pecado evocan nuevas y más completas revelaciones de la plenitud divina.

(2) Las Escrituras del Antiguo Testamento revelan la existencia de un Ser Supremo, el Creador del universo y del hombre, la Fuente de toda vida y de toda inteligencia, a quien los hombres y los ángeles deben adorar y servir. Este Ser Supremo es Uno, pero, en cierto sentido no completamente revelado en el Antiguo Testamento, es una unidad en pluralidad. Esto se muestra por el nombre plural, Elohim, por el uso del pronombre plural en la interrelación de la deidad como se evidencia en (Génesis 1:26); (Génesis 3:22); (Salmo 110:1); (Isaías 6:8). Que esta pluralidad es realmente una Trinidad se insinúa en los tres nombres principales de la Deidad, y en la triple atribución de los Serafines en (Isaías 6:3) Que la interrelación de la Deidad es que de Padre e Hijo se afirma directamente; (Salmo 2:7); (Hebreos 1:5) y el Espíritu es claramente reconocido en Su personalidad, y a Él se le atribuyen todos los atributos divinos (por ejemplo; (Génesis 1:2); (Números 11:25); (Números 24:2); (Jueces 3:10); (Jueces 6:34); (Jueces 11:29); (Jueces 13:25); (Jueces 14:6); (Jueces 14:19 ); (Jueces 15:14); (2 Samuel 23:2); (Job 26:13); (Job 33:4); (Salmo 106:33); (Salmo 139:7); (Isaías 40:7); (Isaías 59:19); (23.63.10).

( Ver Scofield) - (Malaquías 2:15).

(3) La futura encarnación está insinuada en las teofanías o apariciones de Dios en forma humana (por ejemplo (Génesis 18:1); (Génesis 18:13); (Génesis 18:17); (Génesis 32:24) y claramente predicho en las promesas conectadas con redención (por ejemplo (Génesis 3:15) y con el Pacto Davídico (Isaías 7:13); (Isaías 9:6); (Jeremias 23:5).

La revelación de la Deidad en el Nuevo Testamento ilumina tanto la del Antiguo Testamento que se ve que este último es, desde el Génesis hasta Malaquías, el presagio de la encarnación venidera de Dios en Jesucristo. En promesa, pacto, tipo y profecía, el Antiguo Testamento señala hacia Él.

(4) La revelación de Dios al hombre es de autoridad y redención. Él requiere justicia del hombre, pero salva a los injustos mediante el sacrificio; y en Sus tratos redentores con el hombre, todas las personas y atributos divinos se manifiestan. El Antiguo Testamento revela la justicia de Dios por igual con Su misericordia, pero nunca en oposición a Su misericordia. El diluvio, por ejemplo, fue una misericordia indescriptible para las generaciones no nacidas. Desde el Génesis hasta Malaquías, Él se revela como el Dios buscador que no se complace en la muerte de los impíos, y que acumula ante el pecador todos los motivos posibles para persuadir a la fe y la obediencia.

(5) En la experiencia de los hombres de fe del Antiguo Testamento, su Dios inspira reverencia pero nunca miedo servil; y agotan los recursos del lenguaje para expresar su amor y adoración en vista de su bondad amorosa y tierna misericordia. Este amor de adoración por sus santos es la respuesta triunfal para aquellos que pretenden encontrar la revelación de Dios en el Antiguo Testamento cruel y repugnante. Está en armonía, no en contraste, con la revelación de Dios en Cristo en el Nuevo Testamento.

(6) Aquellos pasajes que atribuyen a Dios partes corporales y emociones humanas (por ejemplo (Éxodo 33:11); (Éxodo 33:20); (Deuteronomio 29:20); (2 Crónicas 16:9); (Génesis 6:6); (Génesis 6:7); (Jeremias 15:6) son metafóricas y significan que en el infinito siendo de Dios existe aquello que responde a estas cosas - ojos, una mano, pies, etc .; y los celos y la ira que se le atribuyen son las emociones del Amor perfecto ante los estragos del pecado.

(7) En la revelación del Antiguo Testamento hay un sentido verdadero en el que, totalmente aparte del pecado o la enfermedad, Dios es como su criatura el hombre (Génesis 1:27) y el supremo y La revelación perfecta de Dios, hacia la cual apunta el Antiguo Testamento, es una revelación en y por un Hombre perfecto.

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