Y la cabeza de Cristo es Dios: cuando se dice que Dios es la cabeza de Cristo, se relaciona con la constitución del oficio; y no podemos inferir de allí más que no son participantes de la misma naturaleza divina, que que el hombre y la mujer no son de la misma naturaleza humana, cuando se dice que el hombre es la cabeza de la mujer: pero como hay un diferencia de orden y autoridad entre el hombre y la mujer; así que hay entre Dios el Padre y su Hijo Jesucristo, en esa constitución, por la cual él, en su capacidad de oficio, es tanto cabeza como Señor de todos.

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