Excepto que muera. Se ha objetado a esto que si la semilla muere, nunca da fruto; pero es cierto que la semilla en general se consume en la tierra, aunque un poco de germen o capullo, que forma parte de ella, brota a una nueva vida y es alimentada por la muerte y corrupción del resto. De modo que estos sabios filósofos nuestros, hablan tan tontamente como los librepensadores corintios a quienes reivindican. Ver Juan 12:23 .

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