Una corona corruptible— El Apóstol alude a las coronas de los Juegos Olímpicos, que estaban formadas por guirnaldas de hojas, que pronto se marchitaban y perecían, y que eran las únicas recompensas de los contendientes en esos juegos. En los Juegos Olímpicos , sagrados para Júpiter, la corona era de acebuche; en el Pitio, consagrado a Apolo, era de laurel; en el ístmico o corintio, era de pino; y en el Nemaean, de perejil: pero con respecto a estos detalles, así como a la notable templanza aludida anteriormente, nos referimos al Sr.West y a Elsner en el lugar

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