Comentario de Coke sobre la Santa Biblia
1 Crónicas 6:28
Los hijos de Samuel : los hijos de Samuel, Joel su primogénito, Abías su segundo. Ver 1 Crónicas 6:33 y 1 Samuel 8:2 . Al final del versículo 27, en lugar de Elcana su hijo, lea Samuel su hijo. Houbigant.
REFLEXIONES.—Primero, como Judá tenía la preeminencia y José la primogenitura, Leví tenía el honor del sacerdocio. Entre los descendientes de Coat estaban Moisés, Aarón y María, cuyos nombres son grandes en el libro de Dios. Dos de los hijos de Aarón, sobre quienes se estableció el sacerdocio, sufrieron por su atrevida presunción. En los demás se mantuvo la línea sacerdotal. Se traza la línea de Eleazar al cautiverio, durante el cual el sumo sacerdocio en general continuó en esa familia; aunque, en el tiempo de los jueces, lo encontramos por un tiempo transferido a los descendientes de Ithamar, hasta que Salomón restauró nuevamente a Sadoc. Se menciona que Azarías oficiaba en el templo de Salomón, quizás cuando Uzías invadió el oficio del sacerdote, a quien resistió con tanta nobleza. Los que tienen celo por Dios, no teman dar testimonio de los pecados de los más grandes,
2. Cuando David había subido el arca de la casa de Obed-edom, nombró un coro solemne de levitas para el canto constante de las alabanzas de Dios; a la cabeza de los cuales estaban Hemán, Asaf y Etán, uno de cada una de las tres grandes casas de Leví, con sus hijos, al menos tantos como músicos. Los otros levitas, según las clases en las que estaban divididos, hacían el resto del servicio, guardaban las puertas, preparaban los sacrificios, etc.
Nota; (1.) La obra de alabanza en la gran congregación debe ser tanto el cuidado del ministro como la obra de oración. Es una señal segura de una decadencia de la piedad, cuando se descuida la salmodia divina. (2.) Eso solo es para Dios un servicio agradable de canto, cuando en el corazón, así como en los labios, cantamos a Dios. (3.) En la casa de Dios no debe haber holgazanes; el trabajo es importante y requiere trabajo y diligencia.
En tercer lugar, el sacrificio se le asignó peculiarmente a los sacerdotes, los hijos de Aarón. Ellos solos derramaron la sangre de la expiación y quemaron incienso; y en esto eran típicos de aquel que, a la vez sacerdote y sacrificio, por una oblación de sí mismo una vez ofrecida, ha obtenido la redención eterna para nosotros.