Arrepiéntanse y sean bautizados. Aquí no sólo se les pide que se arrepientan, sino que también se les exige que se sometan a la ordenanza del bautismo ; porque aunque al arrepentirse y creer, según el tenor del pacto del evangelio, tenían derecho a la remisión de sus pecados; sin embargo, como Cristo, por sabias razones, había designado este rito solemne, como una muestra de que ellos asumieran la profesión cristiana de manera pública, no podría haber habido evidencia suficiente de la verdad de su arrepentimiento y fe, si este precepto de Cristo no había sido obedecido. Vitringa se ha esforzado mucho en mostrar que la frase aquí traducida en el nombre de Jesucristo,significa no sólo "ser contados entre los que son llamados por su nombre", sino "profesar dedicarse a su gloria". Los dones milagrosos del Espíritu Santo fueron varios, como aparece en la primera epístola a los Corintios; y fueron distribuidos de diversas formas.

Si todas las personas a las que se dirige el apóstol recibieran este don del Espíritu Santo, a una se le podría impartir el don de profecía, a otra sabiduría, a otra el poder de obrar milagros; aquellos que estaban destinados a la propagación del evangelio están dotados de dones extraordinarios; y los que no estaban separados para ese oficio recibiendo solo los ordinarios; pero todos ellos poseen lo suficiente para manifestar su fe, para capacitarlos, si son fieles, para perseverar en ella, para ilustrar la dispensación del evangelio y para ponerla en una luz conspicua.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad