Les enviaron a Pedro y a Juan: - Juan era uno de los dos que estaban a favor de invocar fuego del cielo sobre los samaritanos cuando se negaron a recibir a Cristo. Hasta tal punto lo llevó su celo; pero fue un celo sin conocimiento. Sin embargo, después de que el Espíritu fue derramado sobre él, su mente se ensanchó y su celo fue guiado por el conocimiento y la caridad; luego no tiene ningún escrúpulo en acudir a los samaritanos, impartirles el don del Espíritu Santo y reconocerlos como hermanos cristianos, a quienes su celo judío habría quemado y destruido. Como los apóstoles enviaron a Pedro junto con Juan, y él fue en consecuencia a su cita, está claro que ni él ni ellos tenían ninguna idea de la supremacía de ese apóstol.

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