Y Ezequías se alegró, etc.— Esta acción de Ezequías favorecida de gran debilidad, ya que nada excita más fuertemente la enemistad de los estados vecinos, que una exhibición de riquezas tan fuera de estación: favorece la ostentación y la vanidad, ambos vicios muy inadecuados para ese temperamento mental, que su curación tardía, y el milagro que había visto, deberían haberle producido; y tal vez favorezca algo de impiedad, ya que Ezequías parece haber exhibido sus tesoros como sus propias adquisiciones, sin atribuir la posesión de ellos a la bondad y poder de Dios. Ver Vitringa.

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