Tú encuentras al que se regocija, etc.— Tú encuentras con gozo a los que obran justicia; que en tus caminos se acuerda de ti. ¡Lo! estás enojado; porque hemos pecado; por nuestras obras; porque hemos sido rebeldes: y todos somos como cosa contaminada; y como un vestido desechado son todas nuestras buenas obras; y como una hoja, todos nosotros nos secamos; y nuestros pecados, como el viento, nos han llevado. No hay quien invoque tu nombre, que se levante para asirse de ti; por tanto, has escondido tu rostro de nosotros; y nos entregaste en mano de nuestras iniquidades.Lowth. Aquí se repite la súplica interrumpida por el voto ferviente del versículo anterior. Los suplicantes reconocen su apostasía común de Dios y su corrupción generalizada; mientras tanto, alabando y celebrando la conducta de la divina Providencia hacia los verdaderos adoradores; cuya confesión de su falta, y reconocimiento de la justicia del juicio divino, se encuentran en estos versículos.

El sexto versículo alude a la lepra, que era el grado más alto de impureza entre los judíos. Los profetas con frecuencia toman prestadas sus imágenes de las costumbres recibidas y las ceremonias rituales de las naciones, entre las cuales la distinción entre cosas limpias e inmundas no es poca cosa; y bajo estas imágenes describen frecuentemente defectos morales y ofensas religiosas, como en el presente pasaje; que inmediatamente refiriéndose a los judíos, la palabra justicia, o justificaciones, alude a todas aquellas ceremonias y servicios externos en los que pusieron mérito, y de donde esperaban la justificación. Ver Romanos 10:3 y Vitringa.

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