Corred de un lado a otro. Ésta es una continuación del discurso anterior, en el que el Todopoderoso justifica la severidad de los juicios denunciados en el capítulo anterior. Las expresiones son contundentes, pero no deben tomarse precisamente en la letra; significando sólo la extrema degeneración de los tiempos, y la gran falta de justicia y piedad en Jerusalén: en lugar de perdonarla, deberíamos leer, perdonarla.

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