¿Qué acusación traéis contra este hombre? Ésta era la pregunta más natural que podía hacer un juez en tal ocasión; sin embargo, los sacerdotes se sintieron ofendidos por ello. Parece que conocían los sentimientos del gobernador con respecto al prisionero, y entendieron que su pregunta llevaba consigo una insinuación, de que habían traído a uno para ser condenado, contra quien no podían encontrar acusación. Además, Pilato pudo haberles hablado con aire severo, para indicar su disgusto. La palabra malhechor,κακοποιος, en el siguiente verso, implica un delincuente notorio. Como los judíos todavía tenían el poder de infligir castigos más leves, el llevar a Cristo ante Pilato fue una prueba de que lo juzgaron como un delincuente, como para haber incurrido en una sentencia de muerte.

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