Manoa dijo: seguramente moriremos. Véase el cap. Josué 6:22 y los lugares allí mencionados.

REFLEXIONES.— Tenemos aquí una continuación de lo ocurrido en esta entrevista.

1. Manoa le ruega que prolongue su estadía y que se tome un refrigerio con él antes de partir. Nota; Cuando Dios nos envía a sus mensajeros con buenas nuevas, lo mínimo que podemos hacer es ofrecerles un amable entretenimiento.

2. El ángel se niega a aceptar su oferta, aunque no le prohíbe preparar al cabrito para el sacrificio, que podría ofrecer al Señor, el único verdadero objeto de adoración. Nota; Los servicios que hacemos u ofrecemos a los ministros de Dios son sacrificios aceptables para Dios.

3. Se niega a complacer la curiosidad de Manoa cuando éste le preguntó quién era y dónde vivía, para poder, después del evento, honrarlo, difundir su fama o enviarle un regalo por el nacimiento de su hijo. Su nombre es secreto, no debe ser conocido; porque ¿quién, buscando, puede encontrar a Dios? o maravilloso, como se llama Cristo, cuya persona, encarnación y oficio merecen este título.

Nota; (1.) Es muy deseable cultivar el conocimiento de un buen hombre. (2.) Si pedimos en oración lo que no es bueno que recibamos, la mejor respuesta es una negación. (3.) En nuestras investigaciones sobre religión, la curiosidad vana es peligrosa. Hay cosas secretas que pertenecen sólo a Dios, donde es nuestra más alta sabiduría ser ignorantes con satisfacción.

4. Manoa preparó la ofrenda y el sacrificio, y lo puso sobre la roca, el ángel hizo maravillosamente: o, como en el sacrificio de Gedeón, sacó fuego de la roca para consumirlo; o, si Manoa encendió la llama, para su asombro lo ve ascender en medio del fuego y desaparecer; de este modo evidentemente insinuando su aceptación de la oblación, y descubriéndose a ellos, que ahora estaban convencidos de que era más que un hombre que hablaba con ellos.

Nota; (1.) Cuando llevamos nuestro corazón a Dios en oración, Jesús encenderá el fuego santo y elevará nuestras almas al cielo a medida que asciende la llama. (2.) La subida del ángel presagió la aceptación de la ofrenda. Jesús, nuestro Señor ascendido, ha subido así al cielo, para presentar nuestros sacrificios a Dios, como, por su causa, olor fragante.

5. Durante un tiempo en silencioso asombro y pavor, Manoa y su esposa, después de esta extraña visión, permanecieron en sus rostros: cuando, levantándose para reflexionar sobre esta transacción, Manoa expresa sus temerosos temores, no sea que (como era entonces la opinión general) esta divina aparición presagiaba su muerte segura y cercana. Nota; (1.) Somos tan débiles que a veces tememos nuestras misericordias. (2.) Un buen hombre puede, en determinadas temporadas, tener miedo de morir.

6. Su esposa parece no solo la creyente más fuerte, sino también la razonadora más sabia. Ella sugiere la falta de fundamento de sus temores a partir de dos argumentos, evidenciando fuertemente el favor de Dios hacia ellos; 1. La aceptación de su sacrificio; y, 2 la promesa que les había hecho; para cuya realización deben vivir. Nota; (1.) Es una misericordia singular tener una compañera de ayuda como la de Manoa.

(2.) Cuando el pecador es abatido, debe recordar lo que Cristo ha hecho por él con su sacrificio sangriento, una prueba segura de que no planea su muerte. (3.) Los fieles, en tiempos de providencias desalentadoras o dolorosas tentaciones, deben recordar la experiencia pasada de la bondad de Dios, como base de apoyo presente. El que nos ha ayudado hasta ahora, no quiere nuestra destrucción al final.

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