No conviene tomar el pan de los hijos, etc.— Los judíos se gloriaron grandemente en el título honorable de hijos de Dios, porque de todas las naciones solo ellos conocían y adoraban al verdadero Jehová: dieron el nombre de perros a los paganos por su idolatría y otras contaminaciones, por las cuales, a su juicio, se habían degradado del rango de criaturas racionales.

Con este apelativo, los judíos pretendían señalar la impureza de los gentiles y su odio a los ojos de Dios; al mismo tiempo, transmitiendo una idea del desprecio en el que eran tenidos por la nación santa: aunque en algunos aspectos era aplicable, debe haber sido muy ofensivo para los paganos.

Sin embargo, esta buena mujer no lo rechazó, ni despreció a los judíos del título honorable de hijos: reconoció la justicia de lo que dijo Cristo y, con un fuerte ejercicio de fe, extrajo de ello un argumento, que la franqueza y benevolencia de su disposición no pudo resistir.

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