¡Oh, la profundidad, etc.! Esta conclusión enfática parece referirse de manera especial a los judíos, a quienes el Apóstol enseñaría por este medio la modestia y la sumisión a la mano dominante del Dios omnisapiente, incapaces como son para llamarlo a dar cuenta de su trato tan favorable con los gentiles. "Su sabiduría y sus caminos están infinitamente por encima de su comprensión; y ¿se encargarán de ellos para aconsejarle qué hacer? ¿O está Dios en deuda con ellos? Que digan por qué, y él les pagará". Esta es una fuerte reprimenda a los judíos, pero entregada, como vemos, de una manera muy suave e inofensiva: un método que el Apóstol se esfuerza en todas partes por observar hacia su nación. Ver a Locke.

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