Rompamos sus ataduras. Este es el lenguaje de las naciones y los pueblos que se instigan unos a otros a esta guerra impía. Estar atado y atado con cuerdas es ser reducido al estado más extremo de vasallaje: y los reyes y las naciones consideraron su sujeción a David como la servidumbre más deshonrosa, y por eso estaban decididos, si podían, a romper sus ataduras, y desecha sus cuerdas; es decir, renunciar al dominio de David, a quien el Señor había hecho rey, y liberarse de toda sujeción a él. Y así los judíos, las naciones y los príncipes de la tierra, se unieron en oposición al reino de Cristo, para destruir su autoridad, extirpar su religión e impedir que los hombres obedezcan y adoren a Dios por Jesucristo.

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