Porque nuestras bonitas piezas no tienen necesidad. - Estas palabras (mejor, y nuestras partes bonitas no tienen necesidad ) concluyen el versículo anterior. Las palabras, “Pero Dios ha templado”, inician una nueva oración, en la que se afirma que la práctica natural de cubrir partes del cuerpo está en armonía con la evidente intención de Dios.

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