El corazón de David lo golpeó. - Esta vez se despertó la propia conciencia de David, sin necesidad de despertarse, como en el caso de Urías, por la visita de un profeta. Confiesa su pecado y pide perdón. Sin embargo, debe recordarse que habían pasado diez meses ( 2 Samuel 24:8 ) antes de que David viera su pecado.

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