Siempre aprendiendo y nunca capaz de llegar al conocimiento de la verdad. - Un amor morboso por la novedad y la esperanza de penetrar en misterios no revelados a los verdaderos maestros de Dios, animaron a estas alumnas; pero “al pleno conocimiento de la verdad” - porque esta es la traducción más exacta de la palabra griega - nunca llegaron, porque por su mala vida su corazón se endureció.

Que algunos de estos falsos maestros pretendían tener artes ocultas, un conocimiento de la magia y la hechicería, se desprende de la declaración contenida en el siguiente versículo, donde se compara con ellos a ciertos hechiceros de la época de Moisés.

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