Fuera, bájate. - Aquel “en quien no hay mudanza, ni sombra de variación” ( Santiago 1:17 ) anula la objeción de Moisés y persiste. La advertencia es necesaria y debe darse. Moisés, sumiso como de costumbre, se rinde y "desciende al pueblo y les habla". El resultado es que no se intenta romper la barrera.

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