No comeré hasta que haya dicho mi misión. - Se plantean aquí dos puntos de las costumbres orientales: el primero, que la hospitalidad, tan necesaria en un país donde no hay posadas, era y sigue siendo una religión para los beduinos; el segundo, que en consecuencia concederá cualquier cosa en lugar de que se le niegue su hospitalidad. Consciente de este sentimiento, el sirviente de Abraham no participará del pan y la sal de Labán hasta que no haya hecho su pedido. Después de convertirse en invitado de Labán, Labán habría sido libre de hacer lo que quisiera; pero ahora debe conceder lo que se le pide, o el extraño se negará a entrar en su morada.

El Sr. Fraser ( Descripción histórica de Afganistán Génesis 11 p. 424: Edimburgo, 1834) y Ferrier ( L'Af ghanistan, Génesis 11 , p. 119: ed. 1842) mencionan una notable costumbre relacionada con la hospitalidad afgana que ilustra admirablemente el comportamiento del siervo de Abraham.

Se llama menawâti, de dos palabras que significan que he entrado. Cualquiera que tenga un favor que pedir va a la tienda o casa de la persona de quien lo espera, pero se niega a sentarse en su alfombra o participar de su comida hasta ha concedido la bendición requerida. Y la costumbre hace que sea una cuestión de honor concederlo, si está en el poder de la persona a la que se apela.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad