Tampoco es hora de que el ganado se junte. - Más bien, tampoco es hora de doblar el ganado. Como todavía quedaban varias horas de luz del día, Jacob se sorprende de que no le den agua a las ovejas inmediatamente después de su llegada y las conduzcan de regreso al prado. Pero si el pozo pertenecía a Labán, su razón para esperar hasta que llegara Raquel es clara.

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